jueves, 15 de febrero de 2018

¡Emociónate!

Solo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia
Laurence J. Peter

Sabemos más.
Las investigaciones, las publicaciones, la experiencia... Todo ello hace que se sepa más sobre la educación y los métodos que hacen que el alumno aprenda de manera más profunda y real.

¿Por qué seguimos empeñados en quedarnos estancados?

Las indagaciones en el campo neuroeducativo, en las que se estudia el comportamiento del cerebro (órgano principal que interviene en el aprendizaje) en el ámbito educativo, resalta que el aprendizaje es claramente más significativo en el momento en el que intervienen las emociones. Para bien y para mal.

Esta circunstancia puede hacer que un alumno quede atascado en un concepto o incluso en una asignatura concreta, si el docente le produce rechazo o cada vez que lo intenta, le humilla.

Por otro lado, es posible generar interés, e incluso lograr un aprendizaje duradero y eficaz, si el maestro transmite contenidos o propone proyectos de trabajo que emocionen y satisfagan la curiosidad del alumno. Pero no ya solamente conseguir la motivación del alumnado mediante actividades y propuestas interesantes, sino que deben entrar en juego los sentimientos, la conexión emocional entre el profesor y los alumnos.

La relación existente entre el profesor y el alumno es fundamental para el propio proceso de aprendizaje. Múltiples estudios señalan que la incidencia de dicha relación tiene un impacto directo en el rendimiento del alumno.

Los filósofos clásicos ya intuían la importancia que tenía en el aprendizaje la relación del maestro con su aprendiz. No en vano, el propio Platón basa su obra en Diálogos que tiene el alumno con su maestro, a través de los cuales trata de alcanzar el conocimiento.

Por tanto, podríamos aprovechar esta relación para provocar la curiosidad en el alumno, para Educar en el Asombro, como indica la canadiense Catherine L'Ecuyer en su bestseller educativo. Se trata de fomentar el aprendizaje por descubrimiento, de que los alumnos conecten con sus propios gustos y de tratar de presentarles el aprendizaje como algo útil. La emoción tiene un papel fundamental en el aprendizaje.

Así nos lo muestra el Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Mora en esta entrevista, donde muestra cómo funciona el engranaje de nuestro cerebro e indica cuál podría ser el papel del docente en el proceso de aprendizaje:





Para saber más:

-Educación 3.0 Francisco Mora
-Ibarrola, B. (2015). Aprendizaje Emocionante. Neurociencia para el aula. Madrid: Biblioteca Innovación Educativa. SM
-L'Ecuyer, C. (2012). Educar en el Asombro. Barcelona: Plataforma Editorial.
-Morales, P. (1998). La relación profesor-alumno en el aula. Madrid: PPC