domingo, 13 de noviembre de 2016

¿Los niños y los locos siempre dicen la verdad?

Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver
Proverbio judío



Sobre los locos no opinaré, pero está claro que los niños usan las mentiras desde que tienen uso de la razón.

Sí es cierto que hasta los 5-6 años, no son completamente conscientes entre la disonancia entre verdad y mentira y mienten a modo de imitación del adulto o para evitar un castigo, sin comprender plenamente la consecuencia de la mentira.

A partir de estas edades comienzan a caer en la cuenta de la diferencia entre verdad y mentira y empiezan a descubrir lo que pueden conseguir con una mentira. Pero no es hasta los 11-12 años donde realmente son conscientes de lo que conlleva en realidad el uso de la mentira y son capaces de ser más reflexivos sobre su empleo.

¿Por qué mienten los niños?
Principalmente, como se ha comentado previamente, para tratar de huir de un problema o escapar de un castigo. Sin embargo, también existen otras causas como alardear, proteger su intimidad o incluso ganar afecto.

Según el investigador Kang Lee, la mentira en el niño es un proceso natural que desarrollan desde edades tempranas. Forma parte del desarrollo emocional de los infantes.

¿Qué hacer con la mentira?

Sentido común. Cualquier ser humano es consciente del daño que produce la mentira, por lo que es importante ir educando en la importancia de decir la verdad desde que son pequeños.

En todo caso, es fundamental hablar con ellos sobre la mentira, expresando rechazo y desagrado hacia ella, ya que nunca es una buena excusa. Una vez has mentido, la confianza en lo que se diga a continuación disminuye y cuanto más frecuente sea, más difícil será creerle cuando realmente esté diciendo la verdad.

Es este el mayor problema de la mentira, sobre todo cuando la utilizas con seres queridos. Es muy difícil recuperar la confianza. ¿Hay esperanza para el mentiroso compulsivo? Como se ha indicado, muy difícil. No imposible, pero complicado.

Os remito la conferencia del investigador Kang Lee sobre las mentiras en los niños:




Para saber más:

Por qué mienten los niños. Educapeques.

Artículo El País. Mentiras de los niños.

Psicología Infantil. Por qué mienten los niños.


lunes, 2 de mayo de 2016

Educación en ¿Nuevas? Tecnologías

"La educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy“

MalcomX

Según un estudio de EU Kids Online recogido en un artículo del diario ABC en el año 2013, el 11,9% de los niños de 9 y 10 años tienen un perfil en una red social. Un porcentaje que sube hasta el 43% para los preadolescentes de 11 y 12 años, un 75,2% entre los de 13 y 14 y un 88,9% entre los adolescentes de 15 y 16.

Es probable que estos porcentajes hayan aumentado incluso, ya que las tecnologías han cambiado por completo la manera de relacionarse de las personas. En realidad los niños y adolescentes están haciendo lo mismo que hacían las generaciones anteriores en esas edades solo que de una manera distinta. Se están relacionando. A partir de los 10 años, el grupo de iguales se va convirtiendo poco a poco en el centro de la vida del niño, y todo lo que suceda alrededor de ese círculo de amistad que irá cambiando hasta encontrar su sitio, será fundamental para el sujeto.

Ahora, en lugar de jugar al pilla-pilla en la calle, a la pelota en el parque, a las canicas en la acera, los niños y adolescentes chatean, se envían emoticonos, comparten fotos y vídeos a través de sus teléfonos móviles.

Es su forma de interactuar, sí, pero al igual que nuestra madre nos decía al salir por la puerta de casa: "No hables con extraños", o "A las 7 en casa", del mismo modo esta nueva forma de relación debe ser educada. De la misma manera que jugar en la calle tenía sus riesgos, tener un perfil en las redes sociales puede acarrear un gran peligro para la seguridad del niño y su entorno. Ejemplos de estos peligros podrían ser:
  1. Uso Abusivo o Adicción (la sociedad de la instantaneidad, que requiere que una pregunta tenga una respuesta inmediata).
  2. Interacción inadecuada entre iguales (comúnmente llamado Cyberbulling, donde se pueden recibir comentarios o amenazas hirientes desde el grupo de iguales).
  3. Acoso sexual desde un adulto (en Internet en ocasiones puedes empezar una relación y no saber con quién estás hablando).
  4. Amenazas a la privacidad (publicación y difusión de datos personales).
  5. Acceso a contenidos inapropiados (en Internet hay acceso libre a contenidos de todo tipo).
  6. Riesgos técnicos (virus).

Por ello, los niños deben ser advertidos de los riesgos en el uso de las redes sociales y guiados en su utilización para tratar de evitar los peligros mencionados.

Así, menciono algunas recomendaciones que se me ocurren para guiar a la correcta educación en las TIC:
  • En primer lugar, las Redes Sociales convencionales (Twitter, Facebook, Instagram...) son, por ley, para personas mayores de 14 años, por lo que mi primera recomendación sería tratar de respetar esa barrera impuesta por las instituciones.
  • Existen redes sociales alternativas para menores de 14 que pueden ser alternativas reales a las redes sociales convencionales: Disney Club Penguin, Banana Connection o el Club del Capitán Byte son algunos ejemplos.
  • Educar en la privacidad: leer con ellos la política de privacidad y condiciones de servicio. Asegurarse que conocen los riesgos de subir contenido a la red.
  • No compartir las contraseñas.
  • Si percibe algo extraño, comunicarlo al adulto inmediatamente.
Sin asustarse, pero estando alerta. Si echamos la vista atrás, simplemente hace 20 años, cuando prácticamente había 5 canales en la televisión, nunca habríamos imaginado la posibilidad de pantallas táctiles, o de poder comunicarnos con un amigo al otro lado del mundo con un clic. Pensemos entonces en el mundo que habrá dentro de 20 años. Ese mundo en el que nuestros niños serán adultos, donde esta forma de relacionarse habrá evolucionado de alguna manera que aún está por descubrir, pero cuyo camino ya se nos ha indicado. Debemos darles la oportunidad de hacerlo adecuadamente.


Para terminar con una sonrisa, un anuncio que muestra la brecha digital entre padres e hijos (es de hace años, pero mantiene la esencia).